Cuando sentir nada es todo. Nuestra nueva llegada, impulsada por nuestra nueva tela, es tan ingrávida y suave como la mantequilla, todo lo que sientes es tu práctica.
Cuando sentir nada es todo. Nuestra nueva llegada, impulsada por nuestra nueva tela, es tan ingrávida y suave como la mantequilla, todo lo que sientes es tu práctica.